viernes, 23 de enero de 2009

Jin-Roh


Jin-Roh

Título original: Jin-Roh (The Wolf Brigade)
Distribuidora: Jonumedia
Género: Animación
Año: 1998
Dirección: Hiroyuki Okiura
Producción: Tsutomu Sugita y Hidekazu Terakawa
Guión: Mamoru Oshii
Música: Hajime Mizoguchi.

Fuse es un miembro de la Tokkitai, la unidad especial de la policía de seguridad metropolitana, pero lleva ya un tiempo planteándose su trabajo, que parece convertirlo en una máquina de matar. Durante una manifestación popular, la patrulla de Fuse acaba en las alcantarillas de la ciudad persiguiendo a varios miembros del grupo terrorista Secto.

Allí, Fuse se encuentra cara a cara con una joven militante, apenas una niña, a la que se siente incapaz de disparar. Ella, en cambio, no duda en activar la bomba que lleva encima, muriendo en el atentado, hiriendo a Fuse y dejando a toda la ciudad en el caos de la oscuridad. Tras este incidente, Fuse es expedientado e investigado, y se acaba obsesionando con la chica, hasta el punto de ir a visitar su tumba. Allí conoce a Kei, la hermana de la terrorista fallecida, con la que inicia una extraña relación.

PASADO ALTERNATIVO

Esto es, precisamente, con lo que nos encontramos nada más empe-zar la película, con una ciudad anónima y atemporal que, tan pronto nos hace evocar los años cincuenta, como épocas mucho más próxi-mas a la nuestra. En ningún momento se da nombre a esta ciudad, ni siquiera se menciona el país al que pertenece, no es importante. Sin embargo, los carteles de la ciudad están en japonés y su población es claramente oriental, aunque muchos libros aparecen en alemán. Jin-Roh transcurre en un posible Tokio, aunque se trata de un Tokio diferente, superviviente de un pasado alternativo que presenta a Japón tras perder una Segunda Guerra Mundial en la que, en vez de enfrentarse a Estados Unidos y luchar con Alemania, se habría posicio-nado del lado de los Aliados contra el nazismo… y habría perdido la guerra.

Ahora, más de diez años después de la derrota, las tropas de ocupación se han ido, pero su legado es la ciudad devastada que vemos en Jin-Roh, sitiada por el terrorismo doméstico de los Secto.

Jin-Roh cuenta la historia de una conspiración políti-ca y policial, en la que los cazadores se convierten en presas y las presas en ver-dugos implacables. Los To-kkitai, la fuerza policial que intenta mantener el orden en la ciudad, se ha con-vertido en un estorbo para el gobierno que la creó. Los ciudadanos quieren olvidar el pasado y los Tokkitai son un contínuo recordatorio de los pri-meros años de terror de la posguerra. Por eso, deben ser eliminados.

Sin embargo, existe una pequeña facción dentro de los Tokkitai, conocida como los Jin-Roh, que se opone a su destrucción. Se trata de un grupo secreto al que muchos consideran más leyenda que realidad y que actúa desde la sombra. Pero ignorar su existencia será un gran error. Jin-Roh es una película impactante por lo profundo de su historia, aunque es precisamente esa profundidad argumental lo que la hace complicada. Sin embargo, hay varias claves para llegar a comprenderla, claves que os ofrecemos aquí mismo. No os las perdáis.

CAPERUCITA ROJA

Jin-Roh significa, textualmente, “hombre lobo” en japonés, pero no en el sentido de licántropo. Para ser más fieles a su significado, deberíamos hablar de “lobos hombre”, lobos que se disfrazan de hom-bres para vivir entre ellos.

El apodo de la facción secreta de los tokkitai no es casual, ya que el guio-nista, Mamoru Oshii, ha construido toda su historia alrededor de otro mito, en este caso occidental: el de Caperucita Roja. Pero no nos referimos a la versión edulcorada que nos llega en la niñez, sino al cuento original, escrito por los hermanos Grimm, conocido como Rotkäppchen, donde no existe final feliz. Éste es, precisamente, el libro que el protagonista, Fuse, va leyendo a lo largo de toda la película y en el que encuen-tra muchas similitudes con su propia realidad.

Para hacer más evidente estas simi-litudes, además de llamar a sus prota-gonistas Jin-Roh, con todas las con-notaciones lobunas que conlleva el tér-mino, Oshii bautizó “caperucitas rojas” a los comandos de Secto encargados de transportar explosivos, y vistió a la joven Nanami con un abrigo colorado y con capucha. Jin-Roh trata sobre quiénes son presas y quié-nes depredadores en la sociedad. Pero en este caso, la “bestia” no intenta cambiar de forma; como el lobo de Caperucita Roja, sim-plemente se disfraza con prendas humanas que ni siquiera ocultan sus ojos, garras y dientes. Y usará su disfraz para evitar que los cazado-res acaben con su auténtica naturaleza, la de predador en una sociedad de presas.

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